Sello del Departamento de Justicia

COMENTARIOS PREPARADOS DEL
SECRETARIO DE JUSTICIA DE LOS ESTADOS UNIDOS GENERAL ALBERTO R. GONZALES
EN EL
CENTRO NACIONAL LEGAL
CONFERENCIA DE CONSEJEROS GENERALES

MARTES, 10 DE MAYO DE 2005
WASHINGTON , D.C.

Gracias, Fred (Fielding) por la gentil presentación.

Buenas noches, damas y caballeros. Me alegro de poder estar aquí con ustedes esta noche. Como último orador al cabo de un día largo - y, sin duda, informativo, trataré de que se alegren de mi presencia esta noche y seré breve en mis comentarios.

Le dije al Presidente que no se me ocurría ningún chiste para la abertura de mi discurso de esta noche. El Presidente sugirió que hiciera lo que él hacía…que le pidiera a mi esposa que los contara.

No sé si alguno de ustedes vio a la Primera Dama en la Cena de Corresponsales de la Casa Blanca; su éxito fue rotundo.

Lamentablemente, Becky me dijo que me las arreglara; así que simplemente pasaré a hacer mis comentarios.

Gracias por haberme incluido en este debate tan importante sobre problemas de orden empresarial.

Digo "debate", aunque dicha parte de la conferencia ocurrió más temprano en el día de hoy, porque pienso en el debate de largo plazo sobre asuntos legales claves de los que el Centro Nacional Legal viene tratando hace treinta años.

El Centro trabaja efectivamente para el interés público, facilitando el debate y la creación de políticas fundamentados. Brinda oportunidades, tal como la presente, para que los líderes gubernamentales, legales y empresariales aprendan el uno del otro.

En especial, agradezco la participación de todos ustedes en esta conferencia. Demuestra su compromiso con los mismos principios de justicia y competencia justa que el Departamento de Justicia se empeña en mantener.

La economía de los Estados Unidos es una de los principales puntos fuertes de nuestro país, y nuestro sistema de empresa libre es la envidia de todo el mundo. El mérito de ello pertenece a la imaginación, creatividad y dedicación de los trabajadores, ejecutivos e inversores estadounidenses. Sin embargo, el imperio de la ley también tiene un papel crítico en el éxito de nuestra economía. Los mercados libres requieren reglas claras y un compromiso determinado con la justicia y la imparcialidad.

Sé que, como consejeros y asesores legales de empresas, ustedes tienen un papel vital en hacer valer la ley. Mucho del trabajo de los abogados empresariales consiste en orientar a sus clientes a hacer lo correcto en un ambiente de complejidad legal y de regulación cada vez mayor. Cada día, ustedes aportan enorme experiencia, conocimientos críticos y los estándares éticos más altos a una variedad de desafíos legales. Su labor es crítica para el funcionamiento correcto de la economía estadounidense.

En el Departamento de Justicia, también tenemos un papel que cumplir. Somos responsables por hacer valer las leyes que ayudan a proteger la integridad del mercado y preservar la calidad de vida que esperamos de la mayor economía del mundo.

Esta noche, deseo destacar cuatro áreas en las que el Departamento, a través de la coacción y el mejoramiento de la ley, ayuda a proteger el orgullo de las tradiciones de nuestra economía y fortalecer el imperio de la ley que las empresas necesitan para sobrevivir.

En primer lugar, somos agresivos en hacer valer las leyes que protegen la propiedad intelectual.

La propiedad intelectual es el verdadero capital sobre el que se edifica nuestra economía. Tenemos la responsabilidad de hacer valer las leyes de PI con vigor, a fin de promover la energía creativa de este país y aprovechar dicha ingeniosidad para el futuro de nuestra economía.

Recientemente, tuve la oportunidad de visitar a unos alumnos de la escuela secundaria en Los Angeles, para conversar sobre lo que el Departamento está haciendo para proteger la propiedad intelectual. Les dije que debemos proteger categóricamente la capacidad de crear e innovar, y que también debemos ser recompensados por nuestras creaciones e innovaciones. Les aseguré - y les aseguro a ustedes - que estamos haciendo exactamente eso.

Creo que es importante recordar a los jóvenes que han crecido en una era de contenido creativo ilimitado - y muchas veces desprotegido - que el robar un tema musical en Internet es en nada distinto a robar la computadora que se usó para hacer la descarga.

El programa en L.A. fue tarea del Grupo de Trabajo sobre la Propiedad Intelectual del Departamento de Justicia, quien recomendó que la educación de los jóvenes fuera un componente de la lucha contra la piratería y otras formas de robo de PI. El Grupo de Trabajo de PI es una manera importante en la que el Departamento protege la propiedad intelectual.

Además de los programas diseñados para la prevención, estamos dedicando recursos, en todo el ámbito del Departamento, para el combate agresivo a los delitos de propiedad intelectual - incluyendo el enjuiciamiento de delitos, tales como la falsificación de productos y el robo de secretos comerciales.

A medida que trabajamos para preservar un ambiente que conduzca a la innovación, también debemos proteger a la competencia que da impulso a nuestra economía. Es por eso que el Departamento de Justicia, a través de la División Antimonopolios, también trabaja arduamente para hacer valer las leyes que protegen a nuestros mercados libres del comportamiento anticompetitivo.

Los carteles son los mayores violadores de la ley de competencia. Perjudican la economía al inflar precios, restringir el suministro, reducir la eficiencia y reprimir la innovación. En resumen, están robando a los estadounidenses los dólares que ganaron con su sudor. No sorprende que la Corte Suprema haya llamado la connivencia de competidores el "mal supremo del antimonopolios".

Y es por ello que el Departamento, en los últimos años, se ha concentrado en la coacción anticartel, incluyendo el empeño en obtener el encarcelamiento de individuos que se dediquen a la organización de carteles. Durante este Gobierno, un número creciente de estos individuos ha recibido sentencias de prisión cada vez mayores por delitos asociados a los carteles. Significa que estamos colocando detrás de las barras a los malos, y disuadiendo a los demás de perjudicar a los consumidores en primer lugar.

También estamos cobrando multas récords en el área del antimonopolio - incluyendo el anuncio reciente del Departamento de que Hynix Semiconductor se declararía culpable de fijación de precios y pagaría una multa de 185 millones de dólares.

Hynx, una empresa coreana de alta tecnología, y varios conspiradores, implementaron a un ardid que fijaba precios para los productos de memoria de datos encontrados en computadoras y otros dispositivos electrónicos. Compañías como Dell, Apple e IBM tuvieron que cobrar precios superiores a los consumidores - o vender productos inferiores por el mismo precio de modelos anteriores con más memoria.

El empeño agresivo y determinado del Departamento en desmantelar éste y otros carteles es una buena noticia para los millones de consumidores que han estado pagando valores excesivos por laptops, PDAs y otros productos de informática - y una buena noticia para una economía que depende de la competencia leal.

Una tercera área de las que me gustaría hablarles esta noche es el trabajo del Grupo de Trabajo contra el Fraude Empresarial. El Presidente ha establecido un Grupo de Trabajo contra el Fraude Empresarial para coordinar la actividad equilibrada - y uniforme - de hacer valer nuestras leyes asociadas al fraude de valores, fraude contable y otros delitos financieros asociados. Así como con las leyes de propiedad intelectual y las leyes antimonopolio, las acciones agresivas de coacción del Departamento contra el fraude empresarial producen beneficios claros para ejecutivos honestos, para empleados de empresas responsables y cumplidoras de la ley, y para la economía de los Estados Unidos.

La labor del Grupo de Trabajo contra el Fraude Empresarial seguirá siendo una prioridad para el Departamento. Queremos proteger su labor, así como disuadir los delitos futuros… antes de que empresas honestas pierdan clientes, antes de que inversores pierdan su dinero y antes de que empleados trabajadores pierdan sus empleos.

Al llevar a cabo nuestras obligaciones como fiscales, nosotros, en el Departamento, entendemos la autoridad considerable que se nos ha dado como fiscales, y la responsabilidad correspondiente que tenemos en el uso de dicha autoridad. Comprendemos que, si el Departamento no se mantiene lo suficientemente alerta y agresivo en hacer valer las leyes, entonces el imperio de la ley desaparece, y los pocos malos de la película inclinados a quebrar la ley tendrán una ventaja injusta sobre aquellos que cumplen con la ley. Al mismo tiempo, comprendemos que el ejercicio irresponsable o exagerado de poderes de investigación y enjuiciamiento - además de ser injusto - puede crear sus propios problemas a través de la disuasión excesiva. La disuasión excesiva puede desincentivar la innovación, desincentivar el comportamiento de acuerdo con la ley y desincentivar la competencia, causando graves daños a nuestra economía. Además, estamos conscientes de las cargas y desafíos que ustedes y sus clientes enfrentan cuando ocurren investigaciones múltiples - una después de la otra - realizadas por distintas dependencias gubernamentales estatales y federales, de una misma conducta subyacente. En el Departamento de Justicia, estamos plenamente conscientes de estas consideraciones y problemas.

No buscamos desincentivar a los tomadores de decisión de asumir el tipo de riesgo comercial que hace tanto tiempo se recompensa o castiga en el ámbito de nuestros mercados. Esa no es la función del Departamento; su función es enjuiciar a los que tengan un comportamiento ilícito.

Bajo la orientación del Grupo de Trabajo contra el Fraude Empresarial, centenas de investigadores y fiscales del Departamento trabajan todos los días en la detección y castigo de delitos de fraude empresarial. Sin embargo, lo hacemos de una manera que respeta la buena labor de las empresas honestas, maximiza la restitución que podemos ofrecer a las víctimas, y es consciente de que empleados, inversores y empresas también pueden ser víctimas de fraudes empresariales.

El acuerdo de conciliación logrado recientemente con Adelphia Communications es un buen ejemplo del empeño del Departamento en enjuiciar el delito empresarial de manera responsable.

En este caso, aceptamos no enjuiciar a la empresa en sí, a cambio de una contribución de 715 millones de dólares realizada por la empresa a un Fondo de Compensación de Víctimas. Las personas que perdieron dinero como resultado de los ardides de fraude contable y saqueo empresarial cometidos por los líderes de Adelphia - quienes, de otra forma, probablemente no recibirían nada - ahora pueden recuperar una parte de sus pérdidas.

Sin embargo, el hacer valer las leyes en los libros no es suficiente. También debemos estar dispuestos a adaptar nuestras leyes a las tendencias y desafíos nuevos que enfrente nuestra economía. El Presidente reconoce que los procesos judiciales frívolos son un reto moderno para nuestra economía, uno que requiere una solución moderna. El Presidente ha dicho: "Nuestro sistema de agravio se ha convertido en una desventaja innecesaria para los fabricantes y empresarios estadounidenses". Y ha exhortado al Congreso a que considere seriamente y promulgue una reforma del agravio con sentido común.

Como todos ustedes saben, los costos del litigio han aumentado significativamente en las últimas décadas - mucho más que en cualquier otro país industrializado del mundo. Los juicios representan un carga pesada para las empresas, una amenaza para el empleo en todo el país, y crean atascamientos en nuestras salas de tribunal - y no atienden a los intereses de aquellos que efectivamente necesitan la restitución.

El Presidente ha realizado campaña activa para la promulgación de la reforma de responsabilidad médica, la reforma de juicio colectivo y la reforma de litigio por amianto para acelerar resoluciones y limitar los costos de los juicios para la economía de los Estados Unidos…y yo me comprometo a asegurar el éxito del empeño del Presidente.

***

La coacción activa para el cumplimiento de nuestras leyes federales - ya sea en el área de la propiedad intelectual, antimonopolio o fraude empresarial - y la mejora de nuestro sistema de agravio seguirán siendo prioridades para este Gobierno, y para el Departamento de Justicia mientras ejerza mi función actual. Estas medidas, así como muchos de sus beneficios, contribuirán para la conservación de una economía fuerte basada en el imperio de la ley. Sin embargo, el trabajo del Departamento es apenas una parte de esta labor. El elemento más importante para asegurar una economía fuerte basada en el imperio de la ley es seguir promoviendo una cultura de responsabilidad empresarial, que es lo que ustedes, como abogados empresariales hacen a diario.

Una vez que el Departamento de Justicia enjuicia un delito - independientemente de la pena impuesta o las multas cobradas - el daño ya ha ocurrido. Cuando se trata de proteger la propiedad intelectual, desmantelar carteles empresariales y enjuiciar el fraude empresarial, preferimos detener los delitos antes de que ocurran - a través de la prevención y la disuasión - y no esperar que consumidores y ciudadanos hayan perdido dinero, perdido empleos o perdido la confianza en la comunidad empresarial o en nuestra economía competitiva.

El Departamento puede cumplir su papel haciendo valer la ley y desarrollando resoluciones innovadoras que valoricen el cumplimiento, la cooperación y la compensación de víctimas. Sin embargo, el enjuiciamiento no substituye una cultura en el sector privado que valorice las operaciones éticas y el cumplimiento transparente de las leyes y principios de la comunidad.

Aprecio el buen trabajo que los consejeros generales realizan en este sentido, y los incentivo a que sigan siendo líderes en esta labor - para cultivar la sensación de liderazgo demostrado para para sus clientes, inversores y empleados.

Ustedes están con sus clientes todos los días. Están en un ámbito en el que las culturas empresariales se edifican a través de las decisiones y acciones de líderes empresariales de todo el país. Sé que seguirán asegurando que dichas culturas respeten la ley y tengan como guía los más altos estándares éticos. La vitalidad y la salud de nuestra economía dependen de ello.

Estoy ansioso por trabajar con ustedes para alcanzar estos objetivos. Al hacerlo, protegeremos los principios de la justicia y la empresa libre que han sido colocados bajo nuestro cuidado…y los pasaremos aún más fuertes a generaciones futuras.

Muchas gracias. Que Dios bendiga a ustedes y sus familias, que los guíe en su búsqueda de una cultura de responsabilidad, y que siga bendiciendo a los Estados Unidos de América.