Jinotega, Nicaragua – Tomó mucho tiempo, esfuerzo
e inversión, pero finalmente está rindiendo sus frutos para
la familia González. La pequeña fabrica de productos lácteos
de esta familia, localizada en la montañosa región norte del
país, es la primera planta procesadora de productos lácteos
que recibe certificación de la FDA. Con esta certificación, “Lácteos
Santa Martha” logró un comprador, y esta exportando semanalmente
4,000 libras de queso y otros productos lácteos hacia Estados Unidos.
Recientemente, otro comprador de Estados Unidos acordó importar 20,000
libras al mes de queso seco de la familia González.
“Realmente vale la pena el trabajo de hacer bien las cosas”, dijo
el copropietario y gerente general Ulises González.
El negocio, que originalmente funcionaba en un garaje transformado en la casa
de la familia, casi se perdió durante el huracán Mitch en 1998,
cuando las fincas que suplían la leche cruda se inundaron y los caminos
que conectaban a los principales mercado prácticamente desaparecieron.
Los proyectos de USAID ayudaron a muchos productores a recuperarse, y brindaron
asistencia técnica a “Lácteos Santa Martha”. Desde
entonces, esta empresa ha hecho cambios radicales en su producción de
queso, reemplazando equipo de madera con higiénico acero inoxidable, comprando
nueva maquinaria, incluyendo equipo de pasteurización, y monitoreando
la calidad. El mejoramiento del proceso de producción le hizo ganar a “Lácteos
Santa Martha” un premio internacional por la calidad y empaquetado de sus
productos.
Con el mejora-miento de la calidad y las oportunidades de mercado, la familia
González obtuvo un préstamo para construir la nueva planta de procesamiento
que les ha permitido aumentar su producción y ventas.
Bajo el nuevo programa de fomento de la capacidad de comercio de USAID, “Lácteos
Santa Martha” continúa recibiendo asistencia técnica y en
mercadeo del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura
(IICA).
La compañía ahora produce una más amplia gama de productos,
incluyendo queso blanco, quesillo y dulce de leche, y un queso tipo manchego
para su exportación a los mercados de especialidad bajo la marca Fioresta.
Sin embargo, para Gonzáles, eso es apenas el comienzo. Este pequeño
empresario está convencido de que un tratado de libre comercio entre Estados
Unidos y Centroamérica (CAFTA) aumentará sus ventas.
“El CAFTA ofrece una oportunidad de oro”, “Imagínese
tener acceso al mercado más grande del mundo”, dijo González.
También dijo que la integración regional entre los países
centro-americanos aumentará las oportunidades de mercado. Actualmente
las regulaciones individuales y los requisitos aduaneros de cada país
dificultan las exportaciones. Con el tratado del CAFTA, muchos de estos obstáculos
se eliminarán, permitiendo que más productos atraviesen las fronteras,
beneficiando tanto a productores como consumidores.
Por supuesto, con más productos disponibles, la competencia aumenta. Pero
esto no preocupa a González.
“Tengo un producto que sé que la gente quiere”, dijo González. “Es
un producto en el cual me enorgullece poner mi nombre porque la calidad de mi
producto está a la altura de cualquier competencia”.