Un
caso a favor de la confianza
Los
Estados Unidos se están recuperando de una desaceleración
en el desarrollo económico que se inició durante el
verano del año 2000. Es significativamente notable y real el
dolor de las familias que sufrieron la pérdida de sus empleos
y ahorros.
Pero,
hay buenas noticias: Gracias al firme liderazgo del Presidente Bush
ante los múltiples retos a los que se ha enfrentado, Norteamérica
está en camino hacia la recuperación. Todos deberíamos
compartir la confianza y optimismo que el mismo Presidente ha depositado
en el futuro del país.
Yo
sé que es fácil sentirse de otra manera, dada la cobertura
de los medios de comunicación acerca del doloroso lado humano
de la situación adversa. Pero, esa no es la historia completa.
Las
razones de nuestra confianza se explican en el memorándum anexo.
Como podrán darse cuenta, existe una cantidad suficiente de
elementos para demostrar que los Estados Unidos se están recuperando
de una recesión benigna.
Tengo
la plena confianza de que usted comparte el optimismo de nuestra Administración,
y tengo la esperanza de que continuará esbozando sus ideas
para promover el crecimiento futuro. Mientras tanto, les doy las gracias
por sus contribuciones para mantener firmes a nuestras comunidades,
y a nuestro país.
Donald L. Evans
|
|
|
|
|
3
de octubre del 2002 |
|
A:
Las Partes Interesadas |
|
|
DE:
Donald L. Evans |
|
ASUNTO:
Los pesimistas ignoran los signos vitales importantes de la economía |
Mientras
que contemplamos el año venidero, entre nuestras prioridades
están el crecimiento económico y lograr que las personas
recuperen sus empleos.
El
terrorismo y la situación con Irak están claramente
provocando incertidumbres. La confianza de los inversionistas es inestable
debido a las prácticas económicas faltas de ética
de unos cuantos que han lesionado los ahorros de jubilación
de muchos. No obstante, existe más que una amplia causa para
sentirse optimistas acerca de nuestra economía. Las recuperaciones
no siguen una línea recta. Las recuperaciones son desequilibradas.
Diferentes industrias han sufrido dicho impacto de diferentes maneras
- algunas se recuperarán con mayor rapidez, algunas más
con mayor lentitud.
También
es un hecho real - y no difundido como debiese - que debido a que
hemos vivido recientemente una recesión extremadamente benigna,
generalmente tomará más tiempo volver a impulsar la
economía hacia un crecimiento robusto. Efectivamente, las políticas
promulgadas por el Presidente y el Congreso - el recorte de impuestos,
la depresión acelerada, la ampliación de los beneficios
del desempleo, los gastos urgentes después del 11 de septiembre
- confirmaron que la recesión es la más benigna desde
la Segunda Guerra Mundial.
La
mayor parte de la economía está siguiendo un patrón
normal de recuperación. Los consumidores permanecen animados
debido a esta etapa de recuperación y continúan consumiendo
bienes, el requisito más viable para obtener un rendimiento
significativo de la inversión. Los comerciantes están
nuevamente incrementando sus inventarios - una señal de una
tendencia hacia la mejoría de la producción en el horizonte
- y los signos indicadores que revelan la reinversión en equipo
de capital son también medios de exhortación.
Como
lo dijo el propio Presidente, "Me siento optimista porque
tenemos los mejores empleados del mundo, la inflación ha disminuido,
y los intereses han bajado. Por lo tanto, la combinación de
la productividad del pueblo norteamericano con las bajas en los intereses,
y la disminución de la inflación, son los ingredientes
que contribuirán al crecimiento."
Necesidad
del crecimiento de la fuerza laboral
Sabemos
que el Presidente Bush heredó una recesión. Actuó
decisivamente - y ahora estamos constatando los resultados, los aprovechamos
inteligentemente - recortando los impuestos apenas unos meses después
de haberse hecho cargo de su misión. Gracias a su visión
preventiva, la recesión fue más benigna que de alguna
otra manera, y sin duda alguna, hubiera sido de manera diferente.
Aún
estábamos en recesión cuando la economía recibió
un golpe el 11 de septiembre del 2001, que la aturdió. Los
devastadores ataques pudieron haber lanzado la confianza hacia una
espiral descendente. Pero, debido al liderazgo firme del Presidente
Bush, no resultó ser así. Por lo tanto aquí estamos,
apenas hace un año después, y aún cuando nos
gustaría ver un crecimiento laboral más firme, no hay
duda alguna que la economía de hoy en día refleja signos
positivos.
El
empleo permanente está creciendo, aunque de manera modesta.
El viernes analizaremos un punto de vista actualizado de las condiciones
laborales. Dada la volatilidad de la medida en cualquier mes, será
difícil saber qué es lo que veremos. Pero lo que es
importante es que el empleo se ha incrementado en una cifra neta de
136.000 empleos en los últimos seis meses (febrero a agosto),
después de haber decaído en casi 1.8 millones entre
marzo del 2001 y febrero del 2002.
En
comparación, el empleo continuó decayendo durante un
año después del término de la última recesión
y no recuperó su cifra pico hasta casi tres años después
de haber empezado su deterioro.
La Administración permanece enfocada en lograr que los norteamericanos
regresen a trabajar. Es importante recordar, no obstante, la manera
dinámica y flexible del mercado laboral en los Estados Unidos,
y cuánta agitación representa - antes de brindarle oportunidades
de empleo a aquellos cuyos empleos desaparecieron. Mientras que leemos
una gran cantidad de artículos acerca de los recortes laborales,
nos enteramos a través de un informe difundido en el mes de
agosto por el Departamento del Trabajo que las contrataciones y las
renuncias han excedido los 4 millones al mes en los meses recientes.
El
crecimiento de la productividad se mantiene firme
Elevar
la productividad es un punto positivo claro. La productividad ha tendido
a elevarse a una tasa anual del 2.6% durante los últimos siete
años. Esta firme tendencia persistió durante los últimos
cinco trimestres, a pesar de la recesión. Solamente la experiencia
vivida en los años 1960 fue más fuerte que en este lapso
de tiempo - las notables ganancias considerables en los medios de
vida en el futuro, así como un ahorro en los costos de las
empresas.
La inflación es baja
Los
precios se elevaron en un 1.8% a diferencia del año anterior,
muy por debajo del 2.5% promedio del periodo 1992-2001. Esto le permite
a la Reserva Federal mantener las tasas de intereses bajas y financiamientos
razonables tanto para los jefes de familia, como para las empresas
y negocios.
Los
ingresos de los jefes de familia crecen con firmeza
Los
ingresos, después de los impuestos, se ajustaron al incremento
de la inflación del 5% desde mediados del 2001 hasta mediados
del 2002, y a un ritmo del 7% hasta el mes de agosto del año
en curso. Este rendimiento en el ingreso se compara favorablemente
con solamente un 3% de crecimiento durante los años explosivos
de fines de la década de 1990. Además, es más
fuerte que como llegó a ser durante una recesión tradicional
y/o periodos de recuperación, y a la par con el periodo de
1969.
Este
firme rendimiento es particularmente importante, debido a que el crecimiento
de los ingresos es muchas veces más eficaz que los cambios
en riqueza que impulsan el gasto.
El consumo de los jefes de familia se mantiene vigoroso
El
gasto de los consumidores ajustado a la inflación, se ha incrementado
en más del 3% al compararse con el año pasado. Solamente
la experiencia del consumo vivida en la década de 1960 fue
más fuerte que la actual, con el crecimiento más allá
de las normas esperadas para esta etapa dentro de una recesión
y/o recuperación económica.
Las
tasas de interés hipotecario en 30 años, y las tasas
de interés casi en cero para el financiamiento de automóviles,
han impulsado las nuevas y existentes construcciones de casas y su
venta, así como las adquisiciones de automóviles.