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SPHECOS 30, June 1996 Ammophila wasp drawing

COLLECTING REPORT

 

Expedicion a la Serranía del Chiribiquete, Colombia
by
Fernando Fernández C.
Programa Re-Creo
Universidad Nacional de Colombia
Santafé de Bogotá D.C.

El Parque Chiribiquete es uno de los más recientemente creados en Colombia y uno de los más grandes. También, debido a su ubicación y características, es uno de los más desconocidos. La combinación de selva húmeda baja, mesetas o planicies con sabanas y bosques raquíticos naturales, y cañones estrechos hacen de Chiribiquete un lugar interesante por su paisaje y su flora y fauna. Esta es una breve crónica sobre la última expedición realizada al lugar, expedición que contó con biólogos de Colombia y España, apoyados por la Agencia de Cooperación Iberoamericana de España. La crónica se basa en un guión realizado para el Video de Exploración del Programa Re-Creo de la Universidad Nacional.

Un poco de historia

A mediados del presente siglo un alemán inspirado por las repetidas búsquedas de un paraíso perdido, llegó a la Serranía del Chiribiquete, atraído por el misterio que todavía hoy significa este Parque Nacional colombiano.

Sus hallazgos de vestigios arqueológicos, fogones y pinturas rupestres indescifrables ubicadas en una serranía fabulosa, alertaron la imaginación de científicos y especialistas colombianos y españoles que en los años 91 y 92, organizaron dos expediciones científicas importantes que recordaron las investigaciones realizadas por Mutis y el sabio Caldas en las décadas anteriores a la Independencia.

No estaba este alemán muy alejado de la realidad. La Serranía del Chiribiquete y el Parque del mismo nombre, encierran, en un área de 1.200.000 hectáreas, complejas relaciones biológicas, geológicas y posiblemente arqueológicas.

Las expediciones Colombo-Españolas han encontrado interesantes ejemplos de una frágil y diversa fauna y flora; el Chiribiquete es más o menos, una Isla en la cuenca del Amazonas, desde cualquier ángulo en que se le mire.

En el corazón del país, al sur de la Serranía de la Macarena, perteneciente a los departamentos del Guaviare y el Caquetá, la Serranía del Chiribiquete ha podido esconder al hombre sus secretos desde tiempos inmemoriales; plantas primitivas al lado de otras que han sufrido una especial evolución para adap-tarse a condiciones extremadamente hostiles; una variedad de insectos a veces inexplicable por las condiciones climáticas y los recursos que necesitan para su subsistencia. Pinturas que hablan de un mundo mágico pocas veces tan expresivo como en las paredes de esta serranía; pinturas que significaron el trabajo de varias generaciones de artistas halladas en lugares tan inhóspitos que solo un tremendo poder religioso pudo haber movido a estas personas a buscar estos sitios de culto tan especiales donde la alimentación era escasa y las condiciones de vida difíciles aún para estos indígenas tan bien adaptados a la vida selvática.

map of Park Chiribiquete, Colombia showing collecting localities
Viajando a Chiribiquete

No es fácil llegar a Chiribiquete. Después de obtener los permisos necesarios (Oficina de Parques del Ministerio del Medio Ambiente) debe viajarse (por avión o por tierra) desde Bogotá hasta Villavicencio. Por tierra son unas dos a tres horas en un cómodo bus, con unos US $ 8 pasaje por persona. En avión son unos 25 minutos, pasaje unos US $ 34. En Villavicencio (capital del Meta) debe contactarse con algunas de las líneas aéreas que prestan sus servicios en los llamados "territorios nacionales". Estos territorios, vastos y olvidados, cubren una amplia área de la Orinoquía y Amazonía colombianas. Estas flamantes aerolíneas se basan en viejos DC-3, DC-4 y equivalentes. La mayoría de pistas aéreas en la región son de tal naturaleza que solo aviones versátiles como estos bimotores pueden maniobrar sin mayores peligros. Para muchos de estos pueblos esparcidos, el jet o avión a reaccón se conoce sólo de fotos. Con unos 45 a 60 minutos de vuelo (y unos $ 40 por pasaje) se llega a Miraflores, un pueblo a mitad de camino entre San José del Guaviare (capital del departamento del Guaviare) y el límite norte de Chiribiquete.

Miraflores es un pueblo típico de la región, cuya economía se basa principalmente en la coca. La pista principal es la misma calle principal del pueblo, y cuando no hay aviones partiendo o aterrizando, está llena de gente, vacas, perros, pájaros y cualquier cosa rara. Los aviones llegan y despegan casi continuamente, hasta 30 vuelos diarios. Esto es demasiado para un pueblo de estas regiones, pero es una prueba directa de la exitosa economía de la coca. Los precios en Miraflores son, obviamente, altísimos: un almuerzo puede valer unos 8 dólares. Se calcula que un 70% de las mujeres son prostitutas. Muchas de ellas provienen de diferentes lugares del país, atraídas por la posibilidad de hacer mucho dinero en poco tiempo. La zona, como tantas otras de la región, tiene problemas de orden público. Se encuentran allí militares, paramilitares, guerrilleros, colonos e indígenas en una mezcla explosiva que gira en torno a la explotación de la coca.

Recientemente (agosto de 1995) Miraflores fue arrasada por un ataque guerrillero que destruyó gran parte del pueblo, incluyendo el hospital y la iglesia. Ante las pocas garantías de vida, la mayoría de la gente está evacuando, desesperadamente, el lugar.

Figure 2: Llegrada a la primera mesata
del Chiribiquete al fondo, el Rio Ajajú
Fig. 2. Llegrada a la primera mesata
del Chiribiquete al fondo, el Rio Ajajú.
Desde Miraflores ha de tomarse un helicóptero para viajar a cualquiera de las mesetas del parque. El uso de helicópteros es costoso, y se supone que debe existir un previo contrato con cualquier compañía que preste servicios con estos aparatos. Sin helicóptero, podría viajarse por tierra y por canoas, remontando ríos, trochas y caños. El viaje es muy largo (entre 20 y 50 días) aunque muy interesante, pues se puede conocer el bosque húmedo del Alto Apaporis, río que mucho más abajo viene a desembocar en el Caquetá, cerca a la frontera con el Brasil.

Los claros naturales de las partes altas de las mesetas hacen fácil el aterrizaje del helicóptero, y facilitan el acampar. Hay abundancia de fuentes de agua gracias a una infinidad de caños y riachuelos con agua ferruginosa, rica en hierro y por supuesto sin contaminación.

Figure 3: Panorámica deo campamento en la primera meseta. Al fondo otras mesetas y el Rio Ajajú en la selva (Esquematizado)
Fig. 3. Panorámica deo campamento en la primera meseta. Al fondo otras mesetas y el Rio Ajajú en la selva (Esquematizado).
Paisajes y micropaisajes

El entorno de la serranía del Chiribiquete y sus macizas rocas rompen la aparente monotonía de la selva lluviosa con paisajes muy diferentes y con sus propias condiciones climáticas y ecológicas. Las mismas planicies y rocas están rodeadas por selvas bajas húmedas, con condiciones de clima y comunidades bióticas similares a la de la selva de la cuenca. Estos son los bosques bajos que rodean la serranía. Muchas planicies tienen flancos que descienden suavemente hasta la selva baja, formando bosques de ladera que presentan una gradación altitudinal y posiblemente climática. Entre las planicies se forman valles de diferentes amplitudes y pendientes asociadas a ríos y caños que descienden de las cimas de las rocas. Las partes superiores de la serranía forman dos grandes paisajes, uno de bosques altos, asociados a bordes de rocas y formaciones acuosas, y otro de grandes extensiones de areniscas y roca expuesta con vegetación rala y esparcida. Igualmente, estas partes altas están ricamente regadas por caños, riachuelos y reservorios acuosos de aguas ácidas y oscuras, pobremente habitadas.

Las planicies también poseen "minimesetas" que pueden favorecer en sus cimas, laderas y grietas micropaisajes con condiciones particulares de clima ("microclimas") y probablemente con comunidades de flora y fauna muy propias. Estos micropaisajes pueden formar verdaderos oasis en estas planicies.

Las plantas y sus formas de vida

Aunque las expediciones arrojan resultados necesariamente preliminares en el estudio florístico de la región, existen ya unos resultados parciales que pueden dar una primera idea sobre como se las arreglan las plantas para vivir en estos medios severos.

Los botánicos han diferenciado unas 600 especies de vegetales, dato que habla de una relativa riqueza de la flora de la serranía, el doble de los afloramientos rocosos de Araracuara y el séxtuple del cerro de Aracá en el Brazil.

En general, los botánicos han distinguido varios paisajes de acuerdo a sus comunidades vegetales:
—Comunidades pioneras en suelo arenoso. Soportando fuertes cambios en la temperatura y gran pobreza de nutrientes, en un medio extremadamente hostil como la roca expuesta, crecen plantas verdaderamente pioneras y adaptadas, como la Vellozia.
—Bosque de porte bajo, con predominancia de Bonnetia, Tepuianthus y Licania. Este bosque es dominante en las planicies.
—Matorral (pastizal) de Bonettia y Digitaria formando parches definidos.
—Bosque maduro de Tachigalia, Gauteria y Micrandria. Este es un bosque de gran porte en las laderas.
—Bosque de orilla de río, con algunas combretáceas, briófitos y Ficus. Este bosque tiene apariencia de el altoandino.
—Bosque de leguminosas y Micrandria, en apariencia a los de las terrazas altas no inundables del Amazonas.
—Bosque de pantano con Euterpe y Rapatea.
—Bosque bajo de Calophyllum y Protium, en zonas planas y suelos profundos.

Los animales y sus planteamientos

La impresión general de los zoólogos sobre las colecciones y observaciones hechas en las dos excursiones es de una fauna más bien pobre y poco visible. Aunque ciertamente que el tiempo de trabajo fue muy poco, la fauna de vertebrados es escasa, en contraste con la que debe prosperar en las selvas bajas que rodean la serranía. No se sabe si existe un carácter estacional en algunas especies (especialmente de aves) que pueda mostrar un aspecto diferente en otra época.

Figure 4: En el calcinante calor del mediodía, un diplópoda se adventura por las rocas expuestas. En primer plano, uno hormigo del fuego se apresura a coleccionar una semilla
Fig. 4. En el calcinante calor del mediodía, un diplópoda se adventura por las rocas expuestas. En primer plano, uno hormigo del fuego se apresura a coleccionar una semilla.
Al parecer, la distribución de insectos parece ser muy local para muchas especies en las selvas tropicales. Por ejemplo, muchos coleópteros están confinados a árboles específicos en la selva, así como a áreas definidas. Si esto se cumple para muchos insectos, entonces la entomofauna de las selvas es rica y heterogénea, pero muy localizada.

Aunque en apariencia la entomofauna de las planicies parece pobre, métodos de trampeo especializados demostraron que las diversidad puede ser apreciable. La existencia de microambientes puede favorecer la permanencia de muchas especies de insectos, que normalmente no prosperarían en los paisajes abiertos y secos de las planicies.

Las partes altas de la Serranía del Chiribiquete no son precisamente ricas despensas para los insectos, pero parece que éstos se las arreglan bien para sobrevivir.

Hay formas indirectas de indagar sobre las formas de vida de algunos grupos de insectos.

Uno de los grupos más fascinantes de predadores de los trópicos es el de las rezanderas o mantis religiosas. Las mantis son insectos tan agresivos que las hembras devoran a sus consorte durante el apareamiento. En las calurosas planicies de una de las mesetas descubrimos a una hermosa y grande hembra acicalándose antes de la caza. A juzgar por su tamaño e intensa actividad, no podemos menos que suponer que este insecto encuentre regularmente sus presas. En otras vecindades también se observaron otros mántidos; si las presas son escasas entonces a estos animales les debe costar mucho apaciguar el hambre.

Figure 5: En la improvisaoa cocina del campamento, un bembecino persigue a una abeja de la miel
Fig. 5. En la improvisaoa cocina del campamento, un bembecino persigue a una abeja de la miel.
Se vieron y coleccionaron pocas especies de esfécidos. Uno de ellos, un bembecino probablemente del género Rubrica, solía visitar todos los días la improvisada cocina del campamento a la caza de abejas melíferas. Las Apis llegaban constantemente a buscar azúcares y líquidos, y regularmente hacia el mediodía aparecía el esfécido persiguiendo abejas. Según la cocinera la avispa algunas veces había capturado abejas, lo cual no pudimos observar directamente. No sabemos si existan registros sobre ataque de algún Bembecini a abejas.

Las abejas más abundantes en Chiribiquete son las meliponinas. En las laderas de las mesetas y valles, especialmente cerca a ríos y quebradas, las Trigona acuden atraídas por el sudor de los cuerpos fatigados de los naturalistas. En cosa de minutos, una verdadera nube de abejas rodean a cada persona hasta tal punto que se hacen insoportables. Estas abejas no desperdician cualquier oportunidad de hacerse a sales para llevar a sus nidos.

Las avispas cazadoras de arañas son muy escasas; apenas se capturó un Notocyphus en una trampa Malaise. Las avispas sociales son algo más comunes, y algunas construyen sus nidos entre los árboles raquíticos de los bosques ralos de las mesetas.

Aunque una bendición de la reserva es la escasez de dípteros hemátofagos como los zancudos (Culicidae) son muy molestos los jejenes (Simulidae) y a veces los tábanos (Tabanidae).

Los insectos más abundantes de los trópicos son las termitas y las hormigas; alguien calculó que en un bosque húmedo pueden constituir hasta la tercera parte de la biomasa de invertebrados. Las hormigas, además de ser tan numerosas, están metidas en todas partes, en continuo movimiento, en permanente agitación. Hay casi 10000 especies de hormigas conocidas en el mundo, comprendiendo multitud de formas, desde voraces carnívoras hasta pacíficas agricultoras. Las extensas selvas que rodean las serranías del Chiribiquete seguramente albergan ricas poblaciones de hormigas, pero ... ¿Que pasa en el Chiribiquete? Las observaciones parciales parecen indicar que solo ciertos grupos han podido conquistar estas catedrales rocosas.

Las planicies abiertas y secas sostienen hormigas capaces de soportar ambientes calientes y con pobres recursos. Bajo ardientes dias bajo el sol algunas se atreven a recorrer las ardientes rocas en busca de semillas o cualquier otro fragmento de vegetal o animal que pueda servirles de alimento. No es tarea fácil, pues además de la energía gastada en buscar alimento, deben competir con otras hormigas y aves, y escabullirse de algunos enemigos. Aunque estos insectos no la pasan bien, saben como defenderse.

Como es tan difícil conseguir una miga de alimento en pleno día, otras hormigas han optado por la oscuridad. En la fresca noche ciertos grupos de hormigas explotan eficazmente las ricas gotas de néctar que exudan algunas plantas; al llegar el nuevo día con su aplastante calor, aguardan escondidas y en quietud la llegada de la fría noche.

Los bosques ralos de bonetias que alternan como parches los calurosos claros son otro ambiente que han conquistado otras hormigas, como las agresivas Azteca, famosas por sus asociaciones beníficas con plantas como los yarumos. Las hormigas de estos bosques son un poco diferentes, más ajustadas a hábitats arbóreos que a calcinados suelos.

Los bosques de gran porte que se encuentran en las laderas y valles interplanicies ofrecen condiciones húmedas y más benignas. Aquí nos encontramos con hormigas más espectaculares, como las hormigas congas (Paraponera clavata), gigantescas carnívoras que prosperan en nuestras selvas desde tiempos arcaicos, grandes y oportunistas congonas (Camponotus sericeiventris) y también las impresionantes legiones de impetuosas nómadas (Eciton spp).

Estas hormigas, llamadas una vez como los "hunos y tártaros" del reino animal, forman fabulosos ejércitos de beligerantes obreras y soldados bien armados de falanges y dardos. Gracias a un sofisticado sistema químico de comunicación, exploran afanosamente cada palmo de suelo y de vegetación baja, despedazando insectos, arañas, escorpiones, y atacando lagartijas, serpientes y cualquier otro pequeño vertebrado que no escape a estas hordas.

Probablemente muchos ambientes de las islas rocosas de la Serranía del Chiribiquete no sean los más propicios para muchas especies de hormigas, pero algunas de éstas se las han arreglado bien para colonizar "islotes" benignos y aprovechar eficazmente los escasos recursos de las planicies.

Las mariposas son relativamente escasas (en comparación con las selvas húmedas bajas) pero presentan aspectos interesantes, según el profesor Gonzalo Andrade. Por ejemplo, esta fauna posee componentes de otras regiones (amázonica, orinocense, andina) mostrando una heterogeneidad geográfica como la de otros grupos (aves). A pesar de su poca diversidad, estos insectos deben enfrentar importantes problemas para su subsistencia; fuertes vientos, agudos cambios de temperatura, escasez de sales y otros nutrientes, etc. Al parecer la fauna de una planicie particular puede tener una composición diferente a otra vecina. Aunque la lepidopterofauna sea escasa lo interesante es como se las arreglan sus representantes para sobrevivir; cierta hermosa mariposa azul, por ejemplo, posee ciertos ganchos o anclas que le permiten aferrarse tenazmente a las rocas u otras superficies para soportar los fuertes embates del viento que de cuando en cuando azotan la serranía.

Las aves son un grupo también pobremente representado en las cimas de la serranía, por similares razones a otros grupos, principalmente pocas ofertas de alimentación. Según Gary Stiles, la ornitofauna parece tener también elementos de las otras regiones (amazónica, andina y orinocense), y presenta tendencia hacia formas insectívoras.

Existen ciertos grupos de mamíferos que han conquistado las hostiles mesetas del Chiribiquete. Los probablemente más comunes son los roedores, muchos de los cuales prosperan en cavidades en rocas y otras hoquedades de raíces y troncos, consumiendo semillas y restos orgánicos. Existen ciertos grupos de ratas espinosas y borugos, a juzgar por sus huellas, así como pequeños felinos y carnívoros como el ocelote y la taira. También se observaron huellas de dantas y dantas en las cercanías del campamento. Muchos otros grupos de mamíferos (primates, osos hormigueros, venados, cerdos de monte, liebres, zarigueyas, perezosos, etc) no están presentes (o son muy escasos), ratificando la poca oferta de alimento para animales de sangre caliente. Es interesante como esta fauna va cambiando y ajustándose a medida que vamos subiendo desde las ricas selvas bajas hasta las áridas y rocosas cimas.

Arqueología

Nadie sabe aún con certeza, de donde vinieron los Carijona, antiguos habitantes o visitantes de esta serranía a quienes hoy los arqueólogos atribuyen estas impresionantes pinturas. Quizá sean inmigrantes caribes provenientes del Bajo Orinoco Venezolano, o tal vez hayan venido del Brasil; lo cierto es que las pocas descripciones que hay sobre esta comunidad no permiten dar explicaciones certeras sobre su origen.

Las comunidades adyacentes a la serranía actualmente y las investigaciones de algunos antropólogos hablan de la gente Jaguar, los Carijona, como una tribu belicosa y fuerte que tuvo pocas relaciones con sus vecinos excepto por los contactos motivados por el intercambio de armas, de las que parecían ser hábiles fabricantes y la captura y trata de esclavos.

Figure 6: En la base una de las mesetas -- cual caterl de granito -- se descruben pinturas de por lo menos zooo años
Fig. 6. En la base una de las mesetas – cual caterl de granito – se descruben pinturas de por lo menos zooo años.
Las leyendas y mitos actuales de estas comunidades, cuentan historias de gente descomunal y poderosa que incursionaba en sus territorios ocasionalmente para esclavizar gente que luego intercambiaba con los brasileños por bienes necesarios para su subsistencia; los Carijona, según ellos, se transformaban en animales cuando lo deseaban, eran tigres o águilas o boas, espíritus de animales que generalmente dominaban a sus enemigos, capaces de generar poderosos fenómenos naturales con los que arrasaban a sus oponentes.

Los Carijona representaron en las laderas de estos Tepuyes una compleja cosmogonía, indescifrable para nosotros, donde las figuras de animales y hombres se mezclan con flores y trazos gráficos, en obras de grandes proporciones. Con razón las pinturas rupestres encontradas en la Serranía han dado lugar a que se le califique como la Capilla Sixtina de la Amazónia.

Según los especialistas, estas obras, su dimensión y profusión no tienen parangón en la pintura rupestre hasta ahora encontrada en la cuenca del amazonas y en una gran parte del mundo.

Agradecimientos. Al profesor Julián Betancourt, director del programa Re-Creo, por propiciar esta publicación y a los camarógrafos y hombres del video Juan Fernando Gutierrez y Pierre Heron por la complicidad en el film y el guión original.


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