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Durante la ceremonia de juramento de William J. Bratton como jefe de policía de la ciudad de Los
Ángeles, el 13 de diciembre de 2002, hubo cánticos
de monjes budistas, cantos de un coro presbiteriano y un rabino
leyó de la Sagrada Escritura. | |
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Washington -- En el año 2002, William J. Bratton prestó
juramento como jefe de policía de la ciudad de Los
Ángeles. La ceremonia se caracterizó por la
bendición interreligiosa otorgada por un grupo diverso
de dirigentes religiosos (véase foto). Hubo cánticos
de monjes budistas, cantos de un coro presbiteriano y un rabino
leyó de la Sagrada Escritura. El imán Ashraf
Carrim le dijo a Bratton: "Sed justos y manteneos conscientes
de Dios". Esa diversidad, común en la vida norteamericana,
refleja las primeras palabras de la Declaración de
Derechos de la Constitución de Estados Unidos: "El
Congreso no hará ley alguna por la que adopte una religión
oficial del Estado o se prohíba practicarla libremente...".
Los estadounidenses son un pueblo religioso. Una gran mayoría
reza todos los días y casi la mitad asiste a liturgias
religiosas al menos una vez por semana. Sin embargo, conforme
a los principios establecidos incluso antes de que Estados
Unidos se ganara la independencia, la población generalmente
considera la fe religiosa una libertad reservada para el
individuo, independientemente de sus creencias particulares,
y protegida contra la intromisión del gobierno.
CRÓNICA DE LA LIBERTAD RELIGIOSA EN EE.UU.
Muchos de los primeros inmigrantes que arribaron a las
colonias inglesas de América del Norte eran disidentes
de las religiones oficiales de sus países de origen.
Por consiguiente, algunas de las colonias consagraron la
libertad de culto en sus leyes desde el momento mismo de
su fundación, mientras que en otras los intentos
por establecer religiones oficiales fueron aplastados por
la enorme diversidad de los recién llegados. A partir
de los primeros colonizadores, los estadounidenses contaron
la libertad religiosa entre sus libertades personales más
preciadas, junto con el derecho al autogobierno y a la oportunidad
económica.
Cuando estalló la Revolución Norteamericana,
trece estados adoptaron constituciones que determinaban
de modo preciso los límites del poder del gobierno.
La constitución de Virginia, que sirvió de
modelo para varias otras constituciones, estipulaba que
"todos los hombres tienen el mismo derecho al libre
ejercicio de la religión, según los dictados
de sus conciencias". Tres años más tarde,
Virginia amplió esa protección al establecer
la separación entre Iglesia y Estado. No sólo
tenían derecho los virginianos a la libertad de culto,
sino que su decisión no podía ser utilizada
para limitar sus derechos civiles. El Estatuto virginiano
sobre la Libertad Religiosa, de 1779, redactado por Thomas
Jefferson, garantizó que "todos los hombres
tienen la libertad de profesar y, por consiguiente, conservar
sus opiniones en materia de religión, y ello no disminuirá,
aumentará o afectará en forma alguna sus capacidades
civiles".
En 1791, cuando se modificó la Constitución
de Estados Unidos con el fin de limitar de modo más
explícito el poder federal, la Primera Enmienda prohibió
al gobierno federal establecer una religión o adoptar
ley alguna que limitara la libertad religiosa: "El
Congreso no hará ley alguna por la que adopte una
religión oficial del Estado o se prohíba practicarla
libremente".
De tiempo en tiempo surgen polémicas judiciales
que exigen a los tribunales interpretar esa garantía.
Algunas veces se trata de si una actividad federal "establece"
(incluso indirectamente) una confesión o religión
determinadas. El Tribunal Supremo de Estados Unidos se ha
pronunciado en torno a si la política de las escuelas
públicas de permitir que los estudiantes pronuncien
una oración de bendición en los partidos de
fútbol americano infringe la Primera Enmienda (la
infringe), y si una escuela pública puede prohibir
sólo a las asociaciones estudiantiles religiosas
reunirse en el recinto escolar (no puede).
Los conflictos que se originan a partir del "libre
ejercicio" de la religión corresponden generalmente
a conductas que violan una ley pero que las exige una confesión
determinada. Por ejemplo, el Tribunal Supremo de Estados
Unidos ha permitido que los menonitas amish actúen
conforme a sus creencias religiosas al retirar a sus hijos
de la escuela después del octavo grado (aproximadamente
a los catorce años de edad), aun cuando una ley estatal
exige la asistencia escolar hasta los dieciséis años
de edad. Por el otro lado, el tribunal ha ratificado leyes
que penalizan el consumo de ciertas drogas aún cuando
algunas religiones exigen su consumo. Los magistrados generalmente
sopesan el "interés" del gobierno por exigir
o prohibir ciertas conductas con la "carga" que
suponen esas restricciones para el libre ejercicio de la
religión.
ESTADOS UNIDOS: UN PAÍS DE DIVERSIDAD RELIGIOSA
La tradición norteamericana de libertad y tolerancia
individuales, ha dado cabida a una gran variedad de prácticas
y creencias religiosas. Si bien aproximadamente cuatro de
cada cinco estadounidenses se considera cristiano, esa mayoría
comprende muchas confesiones, entre las que figuran el catolicismo,
bautismo, luteranismo y el metodismo — algunas de
las cuales se han subdividido aún cuando movimientos
como el fundamentalismo y el evangelismo trascienden las
diferencias confesionales. Otras religiones, entre ellas
el judaísmo, islamismo, hinduismo y budismo prosperan
en Estados Unidos. Aproximadamente ocho por ciento de estadounidenses
declaran no tener religión, o se consideran laicos
o ateos.
En vista del entorno de libertad religiosa, no es de sorprender
que hayan surgido en Estados Unidos diversas confesiones
religiosas. Durante la Guerra Revolucionaria, los anglicanos
norteamericanos se separaron de la Iglesia de Inglaterra
y establecieron la Iglesia Episcopal. El mormonismo, los
adventistas del Séptimo Día y la Iglesia de
Cristo Científico, son todos descendientes del cristianismo
estadounidense del siglo XIX.
El grupo Nation of Islam de negros musulmanes data de los
años treinta y tanto el judaísmo conservador
(Masorti) como el judaísmo reformado surgieron en
Estados Unidos a partir de raíces europeas, mientras
que el judaísmo reconstruccionista fue fundado aquí.
Las relaciones entre las religiones y confesiones son a
menudo estrechas y colaboradoras. El Día de Navidad
de 2005, cientos de voluntarios judíos, musulmanes,
hindúes y bahai sustituyeron a trabajadores cristianos
de los hospitales de Washington y otras organizaciones sin
fines de lucro, para que los empleados cristianos pudieran
pasar el festivo en compañía de sus familias.
Una semana más tarde, en un centro budista de la
ciudad de Kansas, en Misuri, se celebró una ceremonia
interreligiosa en la que hubo cánticos y oraciones
tibetanas, meditación sufi y un llamado musulmán
a la oración. El orador principal fue un pastor protestante,
y dos monjas católicas recibieron el Premio Bodhisattva,
que distingue a personas ilustradas que trabajan en beneficio
de otras.
Al norte del estado de Nueva Jersey, un grupo de muchachas
musulmanas y judías se reúne para trabajar
en proyectos de caridad, y ayudar al personal de un refugio
para personas sin hogar (véase foto). "He hecho
nuevas amistades", dijo una participante de catorce
años, "pude conocer a otras personas y hacer
algún bien para la sociedad".
En enero, los centros de alimentos del estado de Nueva
York y Washington registraron un aumento considerable en
las cantidades de carnes donadas para la distribución,
y atribuyeron la generosidad a musulmanes estadounidenses
que deseaban ayudar a los menos afortunados durante Eid
al-Adha. Unas pocas semanas antes, la comunidad Sikh de
Nueva York celebró una festividad interreligiosa
de Acción de Gracias. Los invitados no tuvieron que
viajar lejos: el centro Sikh, en Flushing, Nueva York, se
encuentra enfrente de una sinagoga, y a corta distancia
de una iglesia protestante china. Asistieron también
a la festividad representantes de las comunidades hindúes,
musulmanas y budistas locales.
Algunas congregaciones norteamericanas hasta han decidido
compartir o construir conjuntamente sus casas de culto.
En Ann Arbor, Michigan, el centro Génesis de Ann
Arbor alberga al templo judío reformado Beth Emeth
y también a la iglesia episcopal Saint Clare of Assisi.
En Bethesda, Maryland, la iglesia presbiteriana Bradley
Hills y la congregación judía de Bethesda
tienen un arreglo similar.
En un país en el que la libertad personal abarca
la libertad de rendir culto como uno prefiera, las diferencias
confesionales se tornan insignificantes frente a los valores
comunes. El 16 de enero, Día de la Libertad Religiosa
en Estados Unidos, se conmemoran los valores que los estadounidenses
de fe tienen en común y las distinciones que los
enriquecen a todos.
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