El Presidente Tabaré Vázquez pronunciando su
discurso ante el Plenario de Alto Nivel de las
Naciones Unidas en Nueva York, el 15 de septiembre,
2005, en la Sala de la Asamblea General. (Foto:
ONU / Joshua Kristal)
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En un breve discurso pronunciado ante
el Plenario de Alto Nivel de las Naciones Unidas, que tuvo
lugar el 15 de septiembre en la Sala de la Asamblea General,
el Presidente de Uruguay Tabaré Vázquez dijo
que su país reafirma su apego y respeto incondicional
al Derecho Internacional y a la Carta de las Naciones Unidas,
así como el apoyo a las acciones a favor de la paz
y la seguridad internacional, fundadas en la justicia y el
derecho.
En este sentido, el Presidente Vázquez recordó
la necesidad de promover el progreso social y elevar el
nivel de vida de la gente, en el marco de un concepto más
amplio de libertad, afirmando que "sin el bienestar
del individuo y el progreso de la sociedad, se reduciría
inadmisiblemente la idea de la libertad y se hipotecaría
la paz y la seguridad por falta de garantías sociales".
"No hay libertad en la pobreza; la
pobreza no sólo es éticamente inadmisible,
sino que su existencia pone en peligro la democracia interna
y la paz internacional", dijo, agregando enfáticamente:
"Por eso, la lucha contra la pobreza de los seres humanos,
de los pueblos y de los Estados ha de ser la primera prioridad
nacional e internacional. Una prioridad que debe expresarse
con iniciativas y acciones concretas, e inmediatas, pues
los pobres del mundo no pueden esperar".
El Presidente Vázquez anunció
la posición favorable de Uruguay en aumentar el número
de miembros del Consejo de Seguridad, aclarando que Uruguay
siempre cuestionó la existencia del veto, y aunque
no existen hoy condiciones para su eliminación, "nuestro
país afirma -coherentemente con su posición
histórica- que no apoya una ampliación de
lo que siempre consideró una injusticia y que, por
tanto, no está de acuerdo en que los nuevos miembros
del Consejo, resultado de la ampliación del mismo,
tengan derecho de veto".
En segundo término, Vázquez
dijo que se comparte la idea de la creación de un
Consejo de Derechos Humanos como órgano principal
de las Naciones Unidas, integrado por Estados designados
por la Asamblea General.
PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA
ORIENTAL DEL URUGUAY, TABARE VAZQUEZ, EN LA ASAMBLEA GENERAL
DE LAS NACIONES UNIDAS, EN NUEVA YORK.
15 de septiembre, 2005
PRESIDENTE VÁZQUEZ: Bien. Hablar
después de escuchar al señor Presidente de
Venezuela, hermoso y querido país, recurriendo a
las figuras del horóscopo, es "difícil
para capricornio" hablar y enganchar un discurso después
que habló el Presidente Chávez, pero de cualquier
manera trataremos de hacerlo.
En nombre de la República Oriental
del Uruguay, felicito a usted, señor Presidente,
por promover la realización de este Plenario de Alto
Nivel y saludo a las delegaciones participantes en el mismo.
Expreso, también, nuestro reconocimiento
al informe titulado "Un concepto más amplio
de la libertad, desarrollo, seguridad y derechos humanos
para todos", que ha de servir de referencia para esta
reunión.
La República Oriental del Uruguay
reafirma su apego y respeto incondicional al Derecho Internacional
y a la Carta de las Naciones Unidas.
Sólo en base a ese respeto, con el
repudio a toda acción unilateral e incluso colectiva,
violatorio del Derecho Internacional y del multilateralismo
universal, puede asegurarse la paz y la seguridad internacional.
El preámbulo de la Carta de las Naciones
Unidas establece que "Los pueblos de las Naciones Unidas
están resueltos a promover el progreso social y a
elevar el nivel de vida, dentro de un concepto más
amplio de libertad".
Sabias y premonitorias palabras, que dan
una conceptualización amplia y necesaria de la libertad,
que incluye el bienestar del individuo y el progreso de
la sociedad.
Sin estos extremos se reduciría inadmisiblemente
la idea de la libertad y se hipotecaría la paz y
la seguridad por falta de garantías sociales.
No hay libertad en la pobreza. La pobreza
no sólo es éticamente inadmisible, sino que
su existencia pone en peligro la democracia interna y la
paz internacional.
Por eso, la lucha contra la pobreza de los
seres humanos, de los pueblos y de los Estados ha de ser
la primera prioridad nacional e internacional.
Una prioridad que debe expresarse con iniciativas
y acciones concretas, e inmediatas, pues los pobres del
mundo no pueden esperar.
El gobierno uruguayo que asumió funciones
el pasado 1º de marzo, está ejecutando un plan
integran de lucha contra la pobreza interna que demanda
también, con respeto y solidaridad, decisiones y
esfuerzos internacionales para desterrar a nivel mundial
este flagelo que castiga a muchos y avergüenza a todos.
En muchas ocasiones la pobreza es un fenómeno
vinculado a la corrupción y a la dilapidación
de fondos destinados al desarrollo.
Por eso, con la misma determinación
que es preciso combatir interna e internacionalmente el
terrorismo y la pobreza, hay que encarar la lucha contra
la corrupción.
Por igual razón, el respeto universal
de los derechos humanos es asimismo una prioridad y una
garantía de vida digna para cada ser humano, y de
una Humanidad más próspera.
Señor Presidente, el terrorismo también
es un flagelo; es una forma inhumana, repudiable e incompatible
con la tolerancia y con la búsqueda de la justicia
por medio de la democracia y la libertad.
Sin perjuicio de atacar las causas que generan
el terrorismo, la injusticia, la discriminación,
la negación de los derechos humanos, la ignorancia
de los derechos de los pueblos y el olvido de la positividad
de las diversidades culturales, la lucha contra el terrorismo
-su sanción y castigo- constituyen un deber ineludible
no sólo nacional, sino también internacional.
La cooperación internacional, mejorando
los instrumentos actuales, pero sobre todo aplicándolos
plenamente y de buena fe, respetando el derecho internacional
y el derecho humanitario, debe ser reforzada y profundizada.
En tal sentido, el Uruguay reafirma su compromiso
en la lucha contra el terrorismo.
Señor Presidente, este Plenario de
Alto Nivel de la Asamblea General ha de establecer las pautas
para un efectivo proceso de reforma de la Carta de las Naciones
Unidas, que requiere ser actualizada de acuerdo con la comunidad
internacional y las exigencias del mundo actual.
Ante la imposibilidad de referirme a los
diversos aspectos de tan inexcusable reforma, permítanme
anunciar dos que para el Uruguay resultan prioritarios.
En primer lugar, nuestro acuerdo en aumentar
el número de miembros del Consejo de Seguridad. El
Uruguay, además, siempre cuestionó la existencia
del veto, aunque no existen hoy condiciones para su eliminación,
nuestro país afirma coherentemente con su posición
histórica que no apoya una ampliación de lo
que siempre consideró una injusticia y que, por tanto,
no está de acuerdo en que los nuevos miembros del
Consejo, resultado de la ampliación del mismo, tengan
derecho de veto.
En segundo término, el Uruguay comparte
la idea de la creación de un Consejo de Derechos
Humanos como órgano principal de las Naciones Unidas,
integrado por Estados designados por la Asamblea General.
Este Consejo sustituiría a la actual
Comisión de Derechos Humanos y debería poseer
competencias acordes a su nueva naturaleza y de coordinación
general del sistema de promoción y protección
internacionales de los Derechos Humanos.
Señor Presidente, en nombre del Gobierno
y de la ciudadanía de la República Oriental
del Uruguay, comprometo nuestro apoyo a las Naciones Unidas,
a su acción a favor de la paz y la seguridad internacionales
fundadas en la justicia y el derecho.
Con ese compromiso, consecuencia de
un pasado que nos impulsa y un futuro que nos convoca como
nación, concurrimos a este Plenario del Jefes de
Estado y de Gobierno de Países Miembros de las Naciones
Unidas para compartir con ustedes, queridos ciudadanos del
mundo, nuestras esperanzas, nuestros desafíos y nuestras
tareas. Muchas gracias.