Usted Tiene El Derecho A Trabajar. No Deje Que Se Lo Quiten. --- Situaciones de la vida real que pueden ayudarle Los Estados Unidos puede ser un país de oportunidades, pero también puede ser un lugar de frustraciones. Al buscar trabajo, usted puede encontrarse con empleadores que no conocen las leyes laborales. Algunos discriminan contra trabajadores, y basan sus decisiones en su origen nacional, apariencia física o acento de los solicitantes de trabajo. Este folletín contiene los cuentos de dos trabajadores que fueron discriminados al solicitar empleo. Ambos tenían permiso para trabajar en los Estados Unidos, pero los empleadores les negaron trabajo porque no estaban satisfechos con los papeles que presentaron. Es ilegal negar empleo a personas calificadas que tengan permiso de trabajo. Lo importante es que ambos trabajadores se defendieron. Sabían que tenían derecho a trabajar y buscaron asistencia de personas que podían ayudarlos. Usted puede hacer lo mismo. Lea bien estos cuentos. Si en ellos se refleja su propia situación, actúe inmediatamente. Siga las instrucciones y llame al teléfono de información que aparece en el folletín. Recuerde que las leyes lo protegen, y que debe actuar inmediatamente. --- Julia: ¿Qué le pasa Felipe? ¿Por qué trae esa cara tan triste? Felipe: Disculpe doña Julia, por venir a molestarla, pero es que tengo problemas encontrando trabajo y como yo sé que usted tiene experiencia en estas cosas, decidí venir a consultarle mi situación. Julia: ¡Claro! Cuénteme no más. Felipe: Doña Julia, yo no sé si es que estoy de malas para conseguir trabajo o es que algo raro pasa. Fíjese que he solicitado trabajo en varias partes y no me aceptan. No sé qué voy a hacer. Estoy en deuda. No he podido pagar la renta en dos meses. --- Julia: ¡Cálmese Felipe! Cálmese y cuénteme lo que ha pasado. ¿Por qué no lo aceptaron? Felipe: No sé. Ni siquiera me dijeron. Yo sospecho, doña Julia, que es porque no tengo la green card. Usted sabe, yo sólo tengo permiso de trabajo temporal. --- Julia: Eso no importa. Usted tiene derecho a trabajar. ¿Por qué no le aceptaron los papeles? Felipe: Pues en verdad, no sé. En la última entrevista de trabajo que hice en un hotel, el jefe de personal se reunió conmigo aparte para decirme que lo sentían mucho, pero que no podían contratar a gente que no tuviera sus papeles en regla. --- Julia: Pero sus papeles están en regla. Usted tiene el derecho a trabajar. Felipe: Así es. Eso mismo le quise decir al jefe de personal pero, usted sabe, mi inglés no es muy bueno. No le pude explicar bien lo de mis papeles. Además, el hombre ni quería escucharme. Felipe: ¡Ahh! ¡Doña Julia, yo no sé qué voy a hacer! --- Julia: No se preocupe, Felipe, todo va a salir bien. No hay que darse por vencido. ¿Se acuerda cuando a Matilde y a mí nos despidieron de la fábrica porque según ellos no éramos ciudadanas y ni siquiera hablábamos inglés? Felipe: Sí, pero eso fue diferente. Julia: ¡No señor! Fue casi lo mismo. --- Julia: Acuérdese que nosotras éramos empleadas de mano de obra en la fábrica. ¿Qué inglés necesitábamos para empacar manzanas? Por eso, un día decidimos organizar con Matilde un grupo de compañeras del trabajo para hablar con los jefes. --- Julia: Exigimos hablar con el gerente. Después de mucha insistencia, al fin tuvo que escucharnos su asistente. El gerente nos mandó a decir que ya dejáramos de pelear, que si seguíamos creando problemas iban a despedirnos. Que como no éramos ciudadanas, deberíamos agradecerles el empleo. --- Julia: Varias compañeras tuvieron miedo de perder el trabajo, por eso no quisieron seguir insistiendo. Matilde y yo nos quedamos solas defendiendo nuestros derechos laborales. Yo tenía fe en que ganaríamos el caso porque Claudia, una trabajadora social de la escuela de mis hijos, me puso en contacto con una oficina en Washington, D.C. Esa oficina se especializa en ayudar a personas que tengan permiso de trabajo y que han sido discriminadas. ¡Y estos servicios son gratis! --- Julia: Así que dejé el miedo y la vergüenza a un lado. Llamé yo misma. Hablé con un abogado del Departamento de Justicia que, para mi sorpresa, hablaba español. Y ese mismo día el abogado comenzó a ayudarnos, sin cobrarnos nada. --- Julia: El abogado llamó desde Washington a los jefes de la fábrica y les explicó que era contra la ley despedir o negar empleo a cualquier trabajador solamente por no ser ciudadano americano. También les aclaró que es ilegal negar empleo a personas calificadas que tengan permiso de trabajo, o que hablan inglés con acento extranjero. --- Julia: Así que a Matilde y a mí nos tuvieron que reintegrar a nuestros puestos de trabajo, además de pagarnos por todo el tiempo que estuvimos desempleadas después de que nos despidieron. Felipe: ¿Pero después sus jefes no tomaron represalias contra ustedes? Julia: No, ellos no podían. Sabían que teníamos abogados que nos defenderían. --- Felipe: Doña Julia, ¿me puede dar el número de teléfono de la oficina del Departamento de Justicia? Julia: ¡Claro que sí, Felipe! Cuando llame, pida que lo comuniquen con alguien que hable español. El número es el 1-800-255-7688. Llame ahora mismo. ¡LA LLAMADA ES GRATIS! --- Días Después... Felipe: Doña Julia, llamé al número de teléfono que usted me dio y hablé con una abogada, en español. Ella estuvo de acuerdo en que mis papeles estaban bien, y llamó al hotel donde me negaron el empleo. La abogada les explicó que me tenían que dar el trabajo. También les dijo que la tarjeta de residencia no es el único documento que sirve para identificarse y trabajar. También les aclaró que puede ser discriminación negarle empleo a una persona con permiso para trabajar. Julia: ¿Y qué te dijo el hotel? --- Felipe: Cuando ellos reconocieron que mis papeles eran válidos, me dieron el empleo. Comencé a trabajar la semana pasada. Julia: ¡Qué bueno! ¿Te fijas, Felipe, que todo salió bien? La única forma de acabar con la discriminación laboral es defendiendo nuestros derechos a trabajar. Felipe: Sí, doña Julia, usted tiene razón. Se lo agradezco mucho. Si no hubiera sido por sus consejos y por la ayuda de la Oficina del Consejero Especial en Washington, seguro que estaría mal y todavía sin trabajo. Estoy contento de poder defender mis derechos laborales. --- Felipe: Si usted también ha sido discriminado debido a su origen nacional o su estado de inmigración, llame al siguiente número de teléfono para pedir asistencia: 1-800-255-7688 TDD para personas con problemas de audición: 1-800-237-2515 En el área de Washington, DC, llame al (202) 616-5594 TDD para personas con problemas de audición: (202) 616-5525 Oficina del Consejero Especial (OSC)