“Ahora todos quieren sembrar café orgánico”, dijo el Sr. Reyes, presidente de la Asociación de Productores de Café Orgánico de Matagalpa.
El grupo de 292 caficultores está recibiendo asistencia técnica y capacitación bajo un proyecto financiado por USAID, implementado por la “Cooperative League of the United States of America” (CLUSA), en producción, comercialización y certificación de café orgánico. Los productores usan ahora controles naturales contra las plagas y enfermedades, y producen compost para fertilizante, e igualmente practican métodos de conservación de suelos.
El proyecto de café orgánico es parte del programa regular
de desarrollo sostenible de USAID en marcha en Nicaragua por un monto de
US$157.1 millones. USAID asignó US$47 millones del presupuesto del
programa regular para un período que va desde 1998 hasta 2003, para
ayudar a los pequeños productores nicaragüenses a diversificar
cultivos y aumentar rendimientos a través de métodos ambientalmente
sostenibles. CLUSA recibió US$5.5 millones para un “Proyecto
de Generación de Empleo e Ingresos para los Pequeños Productores
de Nicaragua” con la meta de incrementar los ingresos de pequeños
y medianos productores mejorando la calidad de su producción y ampliando
sus oportunidades de mercado. Los productores no sólo están
aprendiendo métodos agrícolas mejores y ambientalmente seguros,
sino también habilidades empresariales incluyendo cómo certificar
el café orgánico y cómo negociar un contrato de venta.
En el norteño departamento de Matagalpa, la principal área de producción de café en Nicaragua, existen actualmente 419 hectáreas (casi 600 manzanas) sembradas con café orgánico. Los pequeños y medianos productores no sólo están recibiendo un buen precio por su café, sino que también han reducido significativamente sus costos de producción.
En la finca de café “La Ponderosa”, el propietario Arturo
Jaén, a través del proyecto de CLUSA, aprendió a usar
un compost, desarrollado en Japón, llamado “bocashi”,
utilizando estiércol de gallina, vaca u oveja, residuos de café o
cascarilla de arroz, melaza y levadura. Al Sr. Jaén le cuesta unos
US$0.53 centavos hacer el quintal de compost, en comparación con los
US$12 que le cuesta un fertilizante químico comercial. Durante este
ciclo agrícola, los productores de café orgánico pagaron
unos US$31 por quintal en costos de producción, mientras que los productores
de café convencional pagaron casi US$59 por quintal en costos de producción
también.
“En esta finca no usamos productos químicos”, dijo el Sr. Jaén. “Todo es orgánico. Es más trabajo que con productos químicos. Los productores perezosos no pueden con este tipo de cultivos, pero los beneficios de menores costos y mayores precios de venta valen la pena el esfuerzo”.
Además los métodos de cultivo utilizados por los productores orgánicos demostraron ser una buena defensa contra inundaciones y la erosión. “Fuimos menos afectados por el huracán Mitch porque ya estábamos practicando técnicas de conservación de suelos”, dijo Jaén.
Sofía Sequeira, una de los 38 miembros de la Asociación de
Productores de Café Orgánico confirma que el cultivo de café orgánico
cambió su vida. Con palabras llenas de emoción, ella cuenta
cómo hace 3 años se había endeudado fuertemente para
comprar fertilizantes y plaguicidas químicos. Pero para toda su inversión,
sus niveles de producción eran bajos, y su esposo se enfermó en
2 ocasiones debido a la toxicidad de los plaguicidas.
Con la ayuda de USAID y CLUSA, Sofía aprendió técnicas orgánicas y a cómo aumentar sus rendimientos, y actualmente exporta café orgánico certificado. Además ha cancelado sus deudas y a reinvertido sus ganancias en el mejoramiento y ampliación de su finca cafetalera “La Chocolata”.
Con voz entrecortada Sofía dijo, “Construí una casa
nueva y compré una camioneta; son cosas con las que antes sólo
podía soñar”.
Además, junto con los beneficios económicos, los miembros de
la Asociación están muy conscientes de que los métodos
que usan también ayudan al medio ambiente. Al respecto, su presidente,
el Sr. Reyes, dijo: “En nuestro grupo existe un alto espíritu
ecológico. Este es un bello país y tenemos que protegerlo para
que nuestros hijos y las generaciones futuras tengan una oportunidad de apreciarlo”.
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